lunes, 23 de junio de 2008

Hogar, dulce hogar

















Mi esposo y yo llevamos algo más de un mes metidos en la terrible vorágine que significa hoy en día buscar un lugar decente, cómodo, agradable, de buenas calidades, y, sobre todo, tratando de evitar al máximo que nos estafen, en fin, un lugar por el que merezca la pena hipotecar 40 años de nuestras vidas.

Imagino que todos nos hacemos una idea de cómo puede resultar de frustrante esta valiente tarea, pero nosotros nunca llegamos a imaginar que veríamos y oiríamos cosas tan absurdas y traídas de los pelos...

Es un lista tan larga que no se por donde empezar.

Podría mencionar a grandes rasgos cosas que hemos visto como:
  • Duplex invertidos (más de uno).
  • Pisos a estrenar sin cocina.
  • Pedir una señal de 10% del valor de la vivienda que en cualquier caso perderíamos.
  • Viviendas de segunda mano que parecen por lo menos de quinta, pero eso si, a precio de primera.
  • Dobles precios por la misma vivienda dependiendo del vendedor (inmobiliaria o promotora) con una diferencia de hasta 10 mil €...
  • Y un gran número de etcéteras.
El caso es que seguimos con nuestra particular lucha por encontrar ese tan anhelado hogar, aunque eso implique hacer un curso intensivo paralelo para evitar salir mal librados de esto.

No queremos que nuestro sueño se vea convertido a largo plazo en una terrible pesadilla.